Una experiencia inolvidable
Un restaurante muy particular, pintoresco, agradable y ante todo campestre. Cuando uno ingresa no tiene idea de lo que espera detrás de la puerta. La entrada es larga y pintada de colores dándole un tono juguetón y pintoresco (como se imagina que es Don Cucho)

- Anfitrionas
Ya dentro un grupo de anfitrionas se acercan para darnos una mesa y empezar a atendernos. y nos llevan por un largo e interesante pasadizo lleno de adornos que nos llevan a un ambiente campirano y bucólico , alegre y divertido.
Al entrar uno tiene la idea de estar en el área de comidas de una antigua hacienda con diversos ambientes.
Son detalles que a uno lo hacen remontarse al pasado y nos hacen pensar en el antiguo Pachacamac. Antes debo hacerles una importante recomendación y es llegar siempre temprano a cualquier restaurante, pues esto nos permite gozar de la mejor atención pues le aseguro que el local pese a contar con innumerables mesas se llena sobre todo los fines de semana.
El servicio es extremadamente rápido (Por lo menos durante mi estadía los platos salían de la cocina rápidamente) el personal es muy amable y los plato tiene un extraordinario sabor y en ocasiones te harán recordar los platos que cocinaban las abuelitas. Las porciones son abundantes de un plato pueden comer con tranquilidad dos personas.
Si tienes suerte verás al mismísimo Don Cucho preparando los platos, es un personaje muy amable al salir se despidió cortezmente de nosotros con un apretón de manos y nos invitó a regresar.
Los ambientes son netamente campestres y hay una zona especial para los niños la cual no vi cuando fui por primera vez hace algunos años y es Cucholandia un lugar amplio con juegos en donde los niños correrán y se divertirán.
En Conclusión:
1.- Su punto fuerte la comida, buena sazón, platos abundantes que van muy bien con el precio.
2.- El lugar para que jueguen los niños está bien ubicado no está tan cerca a las mesas lo deja comer con tranquilidad a los niños pues no se distraen y es bastante seguro.
3.- Un poquito lejos a comparación de los otros restaurantes pero vale la pena hacer el esfuerzo.
4.- Si uno habla claramente con los mozos la experiencia es muy saludable pues tratarán de complacer al cliente dentro de lo razonable.
Si quieres más información aquí tienes la dirección web del restaurante: La Casa de Don Cucho
Déjame tus c



















y muy amplio. No está pegado al sector de las mesas como es un Kushina, lo que da una sensación de tranquilidad. Encontrarás varios juegos inflables, además tiene otros que harán que los niños se diviertan mucho gastando energía en forma sana. Al ser abierto y amplio permite que podamos jugar con nuestros hijos sin molestar a los demás. Nos dio la Bienvenida la Srta. Kathleen Vásquez, quien nos preguntó si teníamos reservaciones y nos ubicó en una mesa. Pese a que no teníamos reservaciones (y como habíamos llegado temprano) nos ubicaron en una buena mesa .
















acular, pedimos chancho al pal
o, arroz con pato y tallarines a lo Alfredo.
ona de juegos se encuentran a un par de metros frente al área de comidas por lo que uno puede estar atento a los chicos, sin descuidarlos pues como comenté a cierta hora se llena de gente.
ctáculo empieza el local está totalmente lleno. Si uno quiere salir del bullicio el restaurante cuenta con unos pequeños establos en la parte posterior del estacionamiento en los que los niños puede ver y darle alimento a algunos animalitos como ovejas, carneros, chivos, llamas incluso hay un par de avestruces qu
e sorprenden a los visitantes con su extraño caminar.

















